25.3.11

LA VIDA POR UN CHETO



Se aferró a dos chetos en sus manos y por no soltarlos dejó caer todos los de la bolsa cuando ésta se rompió. Nos reímos muchísimo, pues viajábamos con una modelo que terminó junto al maquillista oliendo a queso todo el regreso al hotel. 


La experiencia me hizo pensar en momentos en los que por no soltar una cosa se te van cientas. Pensé en varios panoramas que podrían identificarnos con las diferentes etapas y personalidades por las que atravesamos, según nuestra madurez emocional.
- Aquel individuo que pensando en ya haber experimentado lo suficiente está seguro de lo que tiene y no está dispuesto a soltarlo así como así, por más chetos que le ofrezcan. 
- Al que jamás se le ocurrió liberar sus manos y hacer algo por evitar que cayeran todos los chetos que estaban a punto de desparramarse, simplemente esperaba a que los demás actuaran ante algo evidente.
- Otro que por miedo no suelta lo que tiene ya seguro y se pierde un mundo de posibilidades de exploración y así como  tener nuevas experiencias dentro de la misma bolsa, no importando tenerlos a sus pies, simplemente no está dispuesto a tomarlos y claro, una vez regados por el piso se arrepiente y ante su sorpresa piensa "chin se cayeron todos,  pero ya están en el piso... guácala, ni modo que me los coma... todos se fueron al carajo. Ni modo ya compraré otros". 
No existe ninguna forma correcta o incorrecta de actuar en nuestras vidas, todo es un eterno aprendizaje. La vida no deja de sorprenderme, efectivamente diario aprendemos algo y no importando si es a través de un libro, una película o un cheto, estar despiertos es estar agradecidos.























1 comentario:

  1. Justo pensaba en eso, si es o no correcto lo que he decidido en la vida. Llegué a la conclusión de que simplemente es uno de los caminos

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