Cada persona compra sus justificaciones y razones para actuar como mejor le convenga, unas válidas y otras que no lo son, pero cuando hay una promesa de por medio, ah! como duele, por más estúpida e inoportuna que la palabra resulte ser después de unas semanas de haberla hecho.
Dudo de lo que mi ojos están viendo, no puedo creer que sea verdad. Creo que la realidad abarca más de los que percibimos con nuestros cinco sentidos. Creo saber... pero en verdad no lo sé. Pecaré de escéptica pero confío en mi radarcito y sé que esto no puede ser cierto. Qué fácil y barato me resultaría creerlo pero me niego rotundamente, aunque neta le deseo bienestar, intentarlo está bien, sobretodo si lo haces pensando en aprender. A veces pienso que algunos "usan" a sus nuevas relaciones para limpiar los errores que tuvieron en las anteriores, pero que te utilicen sin conocimiento de causa, mmm está para reflexionarlo.
Una amiga me dijo que solo nos enamoramos unas vez en la vida y que estaba segura que yo nunca lo había estado. No supe que contestar, me cuesta trabajo darme cuenta que alguien más lo haya notado. Tal vez es cierto... he querido con orgullo y por capricho, pero de lo que estoy segura es que las relaciones que he tenido, todas las he disfrutado al máximo por más absurdas, locas, diferentes o distantes que fueran.
De chiquita solía pensar que el que quisiera ser mi novio debería comenzar por ser primero mi amigo, cuando los niños se me acercaban a hacerme la ya tan olvidada pregunta: ¿quieres ser mi novia? yo contestaba con otra pregunta: ¿pero también quieres ser mi amigo? ja, los mensos no entendían y me decían "no, lo que yo quiero es ser tu novio, no tú amigo". Y yo tampoco entendía lo que ellos trataban de lograr. Hasta el día que perdí a un buen amigo por no querer ser su novia... cuanto sufrí. Tiempo después lo acepté aunque jamás lo entendí.
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